Mi amiga la Credulidad
Recuerdo la indignación de una com

Para actaulizar su figura, bastaba imaginar a Jehová con grandes barbas --casi como Zeus—, tocando el dedo del hijo al cual le transferiría todo su poder para que acabase con el mal y la incredulidad del mundo. El ejemplo del gordo no tenía más que la función de mostarnos que los referentes dentro del horizonte de expectativas cambian según la perspectiva desde la cual se esté leyendo el texto. Para mí había quedado claro. No obstante, la doñita dentro de su vertical horizonte, no había captado el propósito del camarada. En realidad lo que había hecho la doñita era atentar contra los jucios de este amigazo sólo porque su aspecto no sugería una percepción cuerda de la vida. Este señora, que un año después se dedicaría a la noble tarea de instruir a la juventud, estaba convencida de que el camarada tenía un problema mental porque me dijo ofendida, “cree en Zeus”. Yo, como caballero que soy, le pregunté con una sonrisa sobre la deferencia entre creer en Zeus y creer en Jehová. Volvió sobre su axioma. Zeus era sólo mitología mientras que Jehová era una verdad. Es decir, estaba escrito en un libro con todas la andanzas que esta figura había tenido desde el comienzo de los tiempos, en cambio, según ella, Zues sólo era un cuento popular y no había una libro considerado inspirado por un ser superior. No había una biblia en donde Zeus y su caracterización humanoide estuviera presente, de ahí, su falaz construcción. Dentro de esta estimación de fenómenos, la doñita tenía en su poder un secreto que en ese momento me lo revelaba para que, de paso, me convenciera de que lo ella predicaba era lo autorizado. Recuerdo que, mientras la dejaba despotricar contra el mundo infiel, se le llenaban los ojos de lágrimas porque en el fondo de su corazón sabía que me estaba rescatando. ¡Cómo resistí sus embates evangelizadores! Tuve que soplarme cuatro meses de fascinaciones imaginarias mientras recogía los trabajos que por 25 doláres la hoja le hacía para sus presentaciones orales, sus conferencias y un discurso especial para agradecer a los miembros de su comunidad el apoyo y su lugar seguro a la salvación.
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