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Mostrando las entradas de 2006
Repaso a la crítica o ¡Hazlo como hobby! II La lectura se fue conformando en una actividad que sólo hacía para llenar aquellos “terribles vacíos”, de acuerdo con mis pares, con los que mi vida se sustentaba y con los que hasta entonces había vivido. Por lo visto, había llegado a una jungla de letras donde la permanencia dependía de la cooptación del adversario, así como de la rispidez del comentario para hundir al contrario de forma inmejorable. Al tiempo entendí que leer no era lo mismo que entender lo leído, y lo que es mejor, acumular lo leído en una suerte de herramienta de trabajo para relacionar lo que se lee con el mundo que te rodea. La mayoría de mi pares no han llegado a entender cuál es la diferencia, y lo que es peor, no saben que tienen esas carencias. De ese modo, gracias al resentimiento que de los otros tuve, pude fijar una actividad que no es propiamente literaria sino analítica. Asimismo, el resentimiento es el que me ha llevado a formular aproximaciones al estudio
Repaso a la crítica o ¡Hazlo como hobby! I Mi madre dentro de su pensamiento racional y pragmático me advertía con poder oracular que no me dedicara a las fruslerías literarias porque de eso no iba a poder vivir, léase acumular riqueza. ¡Cuánta razón tenía! Yo porfié en el camino de la palabra más por desobediencia y para llamar la atención de mis padres, que por una razón de gustos. En mi vacilante inicio por la senda de la adultez me entregué a la literatura por mera pose; se me hacía que usar el cerebro dentro del contexto clase mediero mexicano era una rebeldía en todo sentido. El tipo de amistades provincianas a las que estaba acostumbrado no veían más allá de su guardarropa diario y de la acumulación de bienes sólo con afanes de lucimiento. Al ser de los más desprotegidos de los individuos en una escala social, me dedicaba a condenarlos por envidia y a cultivar eso que ellos no tenían: resentimiento. El resentimiento es siempre visto como una cualidad negativa. En mi experien
La construcción del ser latinoamericano II Ahora creemos que las cosas están bien, sólo porque somos nosotros los que vivimos en ellas. Sin embargo, nunca ha habido nadie que no viva dentro de sus cosas y que haya presenciado otras que no estén en su rango de vida. Podemos comparar las cosas que no había y ahora hay. Lo evidente frente a lo no tanto. Creemos que el mundo es mucho mejor porque pensamos que no hay cosas que no sabemos que existen hasta que descubrimos que siguen vigentes. Así, la manera de imaginar mi universo es un mundo lingüístico que parte de una lengua para extenderse más allá de los confines de mis aproximaciones. Es decir, imagino primeramente el mundo en español, concretamente en español mexicano. Imagino una serie de universos sobrenaturales que nunca he conocido y que ni siquiera estoy seguro de que existan. Imagino que tengo históricamente problemas para asimilar mi humildad. Imagino que soy parte de unos rituales festivos, de una confusión metafísica, de una
La construcción del ser latinoamericano I ¿Cómo construir un mundo latinoamericano desde una retórica de la identidad? La identidad supone una identificación del hombre con el otro, ser idénticos es ser el mismo. Los afanes clasificatorios son espacios para la unidad estadística. ¿Hay algo que realmente nos distingue? o esa distinción de la que se habla aparece como una atribución que forma y transforma un organismo en otro totalmente idéntico. La transformación de la que se habla deviene en una serie de prácticas culturales que dicen algo diferente de lo que se vive. Por ejemplo, comer tacos determina mi formación cultural, es decir, como soy mexicano debo comer tacos para reafirmar mi identidad cultural. A medida que coma más tacos podré decir que mi cultura se construye mediante un mismo factor: el comer. Todos sabe que este racionamiento es falaz porque aunque no coma tacos o si como, eso no me determinará mi auténtico ser mexicano. Entonces, para buscar dar respuesta a mis difere
Dora’s Journey Dora, the explorer , conduce a mis tres hijas sobre desérticos terrenos del Arizona. Recorren con ella una travesía hacia un lenguaje que se les confunde Mientras pide ayuda, mis hijas saltan e imploran a Dios que guarde sus correrías de amazona y Malitzin solitaria. Abren la boca y callan solamente. Ignoran la invitación para ahuyentar a un zorro enmascarado, que oculto, intenta robarles un mapa imaginado de recuerdos. Con un lenguaje que se les agolpa, mis hijas gritan “louder” con más fuerza. Cruzan una frontera montañosa para encontrar en sus nombres el acertijo que revele un perdido acento sobre las vocales ignoradas de los nuestros.
“Mis poemas no son mis poemas” Maestro Zen Ryokan Poema Kanshi El primer día de verano me pongo mi túnica con desgano Al filo del agua los sauces se han tornado en un verde intenso Al lado opuesto de la ribera Las flores de durazno y ciruela Se dispersan en la brisa matutina Deambulo arrancando briznas de mala hierba Inadvertidamente llamo a una puerta cubierta de maleza Las mariposas retozan en el sur del jardín Las flores de nabo obstruyen la valla de bambú en el lado este Aquí, en una atmósfera de perfecta tranquilidad Los días largos de verano Se prolongan sin fin Un lugar tan remoto es llamativo en sí mismo Fácilmente movido por la hermosura --así es mi naturaleza Tomo algunas palabras Y se convierten por sí solas en poemas ¿Quién puede decir que mis poemas son mis poemas? Mis poemas nunca han sido míos Cuando entiendas que mis poemas realmente no son mis poemas entonces podremos hablar juntos con poesía. Traducción del inglés de Raúl Carrillo-Arciniega
Oiga Doctor (Reflexiones desde la Malinche) No me diga eso profesor, doctor, decano, su eminencia. Yo soy mexicano, de los buenos. De esos que se acuestan con la frente en alto. No me diga eso doctor. Que yo soy quien soy porque así me lo dijeron en la escuela cuando era niño mientras cantaba mi himno nacional. Incluso ahora con el correr de los años en que instalado en Tenesí, cómodamente instalado, descubro que soy parte de algo grande, que sigo el camino de quienes como yo, han podido trascender una frontera para acceder al espacio superior de las ideas que de nosotros se generan. No me diga que no soy distinto a usted, que con respeto le hablo porque así me lo indicó mi madre en mis primeras lecciones de vida. Y le hablo de usted porque mi madre me ha recomendado tratar con respeto a mis mayores. Me lo dijo hace tiempo. No me diga que yo no tengo el espíritu del goce estético. No me quite eso, no me engañe con sus patrañas imperialistas, que al construirme de esa manera me destr
Elegía del Nauta A Raúl Carrillo, in memoriam And if you find her poor, Ithaca has not deceived you.
 Wise as you have become, with so much experience,
 you must already have understood what Ithaca mean. Constantino Kavafis, Ithaca Ulises, el viajero, regresó a Ítaca, su Ítaca mítica. Regresó para recordar lo que la memoria guardaba. Al final de su vida Penélope esperó, tejiendo y destejiendo una mortaja, al héroe preciso que ya no era el mismo. Ulises conservaba en su memoria una Ítaca gigante, una casa y un calor, Tal vez a su madre parada en el umbral de la puerta cuando con lágrimas en los ojos le dijo adiós. Volvió después, nos cuenta Kavafis, para descubrir que él era Ítaca, que lo importante de Ítaca era el viaje, la justificación del retorno y no la casa desaparecida. La labor inútil de Penélope, comprendemos al fin, exalta la iteración de la memoria y el ideal de la espera, lo impreciso del recuerdo. Ulises, nuestro héroe que retorna, regresó a Ítaca. buscó a Pené
II Arturo, como su padre, tuvo la fortuna de ser el protegido de la misión. Era el regalo que María atribuía al amor prohibido. Los trabajos de evangelización y colonización de los jesuitas continuaron hasta su expulsión en 1767. Arturo Eusebio fue parte activa de la evangelización de los indígenas de la península y, bajo las enseñanzas agrícolas de los misioneros, pudo sostener a sus demás hermanos. Cultivaron el higo, el trigo y pastoreaban un rebaño de cabras de las que extraían productos lácteos. El desarrollo de la región fue muy lento. Después de la expulsión de los jesuitas en todos los territorios españoles, la península fue olvidada hasta entrado el siglo XIX cuando los dominicos quisieron retomar el proceso evangélico. Al irse los misioneros, la mayoría de la gente que había llegado con ellos siguió sus pasos. A la muerte de María, tal vez de gota o de cansancio, Arturo Eusebio decidió regresar a Sonora, pero sin abandonar del todo la tierra adoptiva de su madre. Llegó al pue
Cronologías Insulares I Mi linaje, por utilizar un eufemismo, pertenece a los primeros aventureros y pobladores de una árida región en la península de Baja California en donde la mayoría que pisó suelo murió prematuramente de gota o, afirman más exactamente, de locura. Fui exiliado de mi condado del este de la árida península. Despojado y vilipendiado escribí un poema sobre la condición trágica de su geografía que insufló el odio contenido del pobre que desconfía del rico. Me quemaron en efigie. La gente tuvo miedo de hablarme. El último de mis sirvientes me advirtió de la quema. Me regaló su revólver deseándome buena fortuna. Soy parte de una casta de la que me avergüenzo, no por ser el único que menguó la vasta hacienda que poseía, sino por no encontrar el valor para acabar con mi vida, y someterme, así, al agravio patético de escribir una justificación. No soy propiamente un pacifista, nunca dominé el arte de la confrontación, nunca he visto siquiera un Cuerno de Chivo; sólo pued
La pedagogía del oprimido En realidad busco una noción que me pueda explicar mis circunstancias y mis carencias, unas voces que sean liberadas en torno a los cánticos de una masa enardecida por la atmósfera ocasional. Una masturbación repentina, un sueño erótico adúltero, una culpa que me guíe hasta el final de los días, cuando decida ser confesado ante el lecho de muerte. Al establecer el camino de las líneas en las que iba la dirección de mi tiempo, me pude percatar que una historia debía ser descrita a medida que pasaran las cosas. Así, ver cómo me voy construyendo en unas palabras que me descubren ante aquellos que no me han leído. Una vez que me hayan descubierto podrán o no marcar, tachar o no, añadir o no, aquello que no haya escrito porque el poder de la sugerencia es ese: el añadido, el extracto de un lindo lapso en el que una historia fue corriendo, se hizo hombre y nunca se sentó a la derecha del padre ni se hizo Dios ni vendrá nunca. Los días se han acabado; los días se i
En el país de los sueños Me refería antes a las historias que se pueden imaginar u oír desbalagadas y que no tienen o no tendrían por qué tener correlato en la existencia llamada real. Oí por ejemplo una vez que esto, los Estados Unidos, es visto como el espacio en donde los sueños se vuelven realidad. Por sueños me refiero a los que se construyen cuando el dinero se erige de por medio. Oí de albañiles que ahora construyen un mundo hecho de tablarroca y madera; de mujeres que trapean los pisos de lo que ellas consideran restaurantes de lujo. He tratado, confieso que sólo en la imaginación, de captar su esencia o lo que yo creo que es su esencia. Me siento desautorizado para echarles a perder el banquete de su mesa. Pienso que mis inconsistencias no tendrían por qué ser las suyas, aunque al mismo tiempo siento que sólo por mi deseo puedo llegar a especular lo que tengo debajo. La situación se muestra a todos los niveles: desde educación alta hasta la más ínfima. Perseguir un sueñ
Wanted Buscar es un verbo que lleva consigo una salvedad escalofriante. “Se busca” rezaban los anuncios de las películas de vaqueros que vi muy pocas veces. “Se busca” era la consigna, a aquel que se buscaba veía con asombro y autocontemplación su retrato. Después se mostraban una serie de persecuciones de aquello que buscaban al que aparecía en el retrato. Por supuesto que aquellos que buscaban eran representantes de un poder justiciero, positivo, encarnados la mayoría de las veces por algún cherife o un vengador anónimo tipo Bronson. Decía que buscar tiene la salvedad o el riesgo, por otro lado, de no encontrar. Buscar y encontrar aparecen como un binomio de causa y efecto. Se supone que cuando se está buscando el objetivo final es encontrar, algunos más místicos diría el encontrarse. Mucho de mi vida he creído estar del lado de los buscadores, de aquellos que, en representación de un poder absoluto, buscan algo valioso. Con mi juventud al hombro me encuentro buscando algo que no he
PEQUEÑA CRÓNICA DE LA INTOLERANCIA O EL TROLEBÚS DEL AMOR Pobre tonto, ingenuo, charlatán que fui paloma por querer ser gavilán. Rafael Pérez Botija (Letra popularizada por el Príncipe de la Canción José José, felizmente recuperado de su alcoholismo) Según dijeron era un mensaje de amor y de esperanza. Era la redención con manos salvajes. Era una coronación de laureles y una liberación suprema. El mansaje era sencillo: “el fin de los tiempos está próximo: arrepentíos” . Captaron nuestra atención anunciando un blues con slaider, su esposa por lo que dijo el improvisado blucero —de los llamados de la raza de bronce, con greña a lo roquero en capas y copetito básico en la frente—, lo seguía con una sonrisa idiota y pandero rosa tratando de llevar el grueso de los bajos reafirmándolos con un movimiento meloso. A mí que siempre me han entusiasmado los cantantes y las cosas inusitadas en los trolebúses, puse atención, imaginar algún solo de B. B. King era descabellado pero siempre hay que es
La invención de los talentos La sanidad del cuerpo en la que me empeñado sólo por no perecer a manos del olvido ha sido una farsa. Cuido de mí para nada, para no tener que concurrir al médico en este país al que vine porque no tenía nada mejor en qué ocupar mi tiempo y mis esfuerzos. Soy aparentemente sano, me he dedicado los ratos libres a ejercitar el cuerpo para liberar la neurosis de sentirme atrapado: he tratado de moverme más de lo acostumbrado. En ocasiones es molesto. No me queda energía para pensar en lo que me gustaría decir, en escribir esto, algo así como un archivo testimonial de mis días en lo que no pasa nada. Ese es el problema: la soberbia es uno de los grandes pecados capitales. Me preocupa en demasía tratar de verter situaciones que tengan algún valor estético, alguna conceptualización críptica, y no he llegado a ningún lado. El tiempo sigue pasando y cada más me acerco a lo que el mundo teme, me acerco al final de la construcción de la vida por la que muchos mueren