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Mostrando las entradas de 2015

Tragedia en Charleston

Alguna vez había escrito que presentía que había algo haciéndome llegar tarde a todo acontecimiento importante del mundo. Ahora la historia me presenta la oportunidad de estar en el centro de una de las infamias más grandes de este país en el que he decidido vivir. El asesinato de nueve afroamericanos en la iglesia AME a manos de un homicida portador de una ideología de supremasismo blanco confederado. Sus víctimas, según revela la prensa, fueron escogidas con premeditación y con un alto sentido simbólico. Dos días después se descubrió que el tipo era parte de un grupo supremasista y que comulgaba con el ideal genocida de eliminar a todos los que no fueran blancos, autonombrándose casi como mártir de la limpieza racial. El símbolo para ello ha sido la bandera confederada que ahora está en la mesa de discusión, más, lamento decirlo, por ser año electoral que por otra cosa. La suástica nazi y la bandera confederada tienen un nivel semántico de igual

La inminencia del aplauso o la revolución sí será televisada

Uno de los primeros en demandar aplausos fue el comediante Memo Ríos que al terminar cada uno de sus sketches en verso los pedía como fase transicional de uno a otro. Era una especie de válvula de escape que se filtraba después de la presión de contar un mal chiste. Desde entonces pedir aplausos inmerecidos ha sido una costumbre de quienes detentan el poder. Lo que más llama la atención no es que los medios de comunicación ya no aplaudan, sino que el que los necesita los pida de manera pasiva agresiva. Tal vez ahí radique la novedad del aplauso inmerecido, su demanda, su ausencia, su nostalgia. Peña Nieto, como entidad risible en la que se ha convertido, ostenta la necesidad de ser nutrido por el aplauso de otros que nunca han tenido conciencia ética porque nunca había hecho falta. Como argumentan algunos medios internacionales, Peña Nieto no se entera que no se entera, Videgaray se entera pero no le importa porque finalmente sólo juegan con el marcador legal, con la parte q