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¿Todo lo de los zombies?


No he podido resistir la tentación de continuar con el informe de los zombies. He recibido misivas muy alentadoras para explorar más a fondo las circunstancias por las que los zombies han capturado la razón de muchos chiquitines en todo el mundo. Los comentarios a los que he tenido acceso han llegado de distintos lugares y por circunstancias diversas. Sin embargo, todos hacen hincapié en la necesidad de seguir profundizando en el asunto. Cabe mencionar que voy un capítulo atrasado, por lo que el “spoiler” no está garantizado pero sí su análisis. Como bien comentaba mi querido amigo anónimo por ahí, el episodio que siguió se llamó “Vatos” y en efecto hay mucha tela de donde cortar. Siempre ha habido un confusión y hasta debate acerca de la grafía que con la que debe escribirse, mismo debate que los gringos han clausurado y lo han puesto con v, que correspondería al vocablo apocopado de chivato, que significa soplón, según su majestad la academia. La definición no tiene mayor sentido pero brinda una versión razonada de lo que podría ser una explicación razonada. El tema del indio resurge en los Estados Unidos donde se ha extendido debido a nuestra capacidad reproductiva y la migración infame de quienes salimos para buscar un sueño monetario. El reconocimiento del indio deviene en la exploración de un ser como entidad aislada dentro de su propio confinamiento. Este nuevo indio americano ya no es el mismo que el de los tiempos hollywoodenses donde el indio era aquel que peleaba contra los Cowboys para reclamar, este último, su territorio y su legitimidad dentro de una geografía arrebatada. Ni tampoco este cowboy es el mismo de los tiempos inmemorables; ya se ha quedado sin caballo, sin sombrero y es un cornudo. No obstante las cosas pretenden reajustarse a las nuevas necesidades de una sociedad que se devora a sí misma.


Así, el nuevo Cowboy se ha reunido con su esposa que se siente culpable por haber cogido con el amigo íntimo. La explicación de semejante ayuntamiento es muy sencilla: ella creyó que estaba muerto porque el amigo íntimo así se lo dijo y ella nunca se aseguró de enterrar y corroborar su muerte porque, claro, en tiempos de zombies es mejor correr que organizar funerales. Las miradas cómplices aparecen dentro del campo de refugiados hasta que ella le dice que los deje en paz. Entendemos que las virtudes amatorias del cowboy son mejores que las del amigo íntimo, tomado más como sucedáneo que como semental. La esposa cambia de postura y parece amar con renovado brío al cowboy, tal vez Freud tenga razón y sólo es una compensación culpable. De cualquier manera esto no es lo importante, los problemas maritales serán postergados para cuando los zombies no sean una amenaza constante.


El Cowboy dentro de su esquema moral kantiano absoluto debe regresar a rescatar a un wasp confederado que quiso matar al afro por ser como es: afro y existir en Atlanta. El wasp y el afro tuvieron un altercado porque el blanco dijo que no recibiría órdenes del negro. Tratando de establecer orden en medio del caos el Cowboy lo esposó a un tubo de agua en la azotea de un edificio porque al final él era la ley. El afro, como es noble y no le guardaba resentimientos al wasp por haberlo esclavizado y segregado hacía apenas 50 años, antes de irse en franca huida porque venía los zombies al comérselos, quiso, a la manera bíblica demostrando el perdón histórico, liberarlo. Accidentalmente, el afro –que jura que fue así aunque nadie lo vio salvo nosotros que no estamos ahí para testificar a su favor-- tiró la llave por alguna ventila. La prisa era tanta que ya no pudo hacer nada por él, salvo cerrar la puerta de la azotea y echarle un candado a prueba de zombies.


El equipo de rescate del waspy, integrado por el cowboy, que dice que aprovechará el raite para rescatar sus pistolas tiradas, un chino, que dice ser coreano, el afro que dice tener remordimientos, regresa a Atlanta junto con el hermano del waspy, que exige muerte para el afro si el hermano ha muerto. El grupo de rescate descubre que el hermano se ha cortado la mano y cauterizado la herida con fuego para que no le sangre (aparentemente seguetear la esposa era más complicado y no había tiempo). Todo esto en medio de la destrucción de los zombies. También vuelven por el sombrero del cowboy para completar ese nuevo heroísmo que propone la nueva sociedad. Hasta aquí hemos seguido con el problema añejo de Estados Unidos: la tensión entre lo blanco y lo negro: los polos opuestos, la energías del ying y del yang confrontadas, la fruición del carne y el rescate justiciero de la ley que está por encima del individuo y sus pasiones. Sin embargo, si la serie piensa ser inclusiva y dar una visión global no necesita dejar pasar la oportunidad de reconocer a los 50 millones de hispanohablantes que pueblan, para malestar del rescatado y ahora manco, la mayoría del territorio norteamericano. He aquí el meollo de la reflexión del capítulo. El episodio recorre enterito todo el cliché que se maneja de mi pipol. Los vatos locos, los eses, no hablan dos palabra de español pero lo llevan en el corazón junto con la pronunciación de la doble erre y la conservación de las vocales puras. Su conocimiento lingüístico de sus “raíces” se reduce a un m’ijo, abuela, puto y ese. Pareciera que en este universo semántico está contenido todo lo que hace falta aprender para poder salir bien librado si en medio de una labor de rescate te encuentras con un browny con barba de chivo de tres pelitos, pelo negro y una actitud de demonio más próxima a la fealdad que a la de latin lover. ¿Así es realmente cómo nos ven? Quisiera argumentar que los clichés y los lugares comunes están ahí para destruir ideas preconcebidas, sin embargo, resulta todo lo contrario. Sí, así es la visión que se tiene del mundo hispanoparlantes, de todo en su totalidad, de un mundo panhispánico, en donde, argumentarán los demás “hermanos”, los mexicanos lo hemos empobrecido y jodido por ser eso: pobres, carentes de palabras y sobre todo de escritura. Y es que no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre. Precisamente por eso, porque en México el compadrazgo ha bajado es que hay que mandar el residual de los 12 millones de indios que el INEGI contó como excedente en las proyecciones del censo a tierra distante. Por eso el español aquí sólo se oye pero rara vez se escribe. Las tres palabras de mi pipol denotan un universo conceptual que se basta así mismo para cubrir todas las necesidades de quienes articulamos esta lengua porque seguramente, de acuerdo con el director de la serie, no hablamos más que de la familia y del puto de a lado. El hispano está orientado a la familia y tiende a reproducirse con el único pretexto de hacer quinceañeras y tatuarse vatos locos porque los hommies son la neta y puto el que no lo crea, pero más el que lea.


La primera aparición de los eses se da con lujo de violencia para raptar al chino, que dice ser coreano, porque el comando de rescate les ha ganado el cargamento de armas. Como la violencia en México está a la orden del día uno piensa que la mala prensa ya llegó hasta el Apocalipsis y que de seguro las querrán para mandarlas a México porque son parte de una célula de los Zetas que operan en los barrios bajos de Atlanta cuya misión es recolectar armas para darle en su madre a Calderón. El wasp team se ha quedado a cambio con otro ese que pretende “catafixiar” por el chino y salir ilesos del apetito zombie y de las presiones hispanas. La cosa termina en un enfrentamiento que pretende un derramamiento de sangre digno de toda la violencia mexica de caballero águila donde todos saldrán inmolados, sin embargo como esto significaría el final de la serie, la abuela del ese mayor hace su aparición hablando un español que nadie entiende, ni siquiera nosotros. Pensamos que podrían ser reminiscencias de un español imaginado que suene a algo como español combinando todas las letras de las tres palabras que escupieron durante el enfrentamiento con el cowboy y sus secuaces, o que no había viejitas que hablaran español porque pedían papeles.


Los hommies contienen toda su necesidad violenta intrínseca hacia la sociedad norteamericana que se queda para descubrir que la familia lo es todo y que los eses se han quedado a resguardar un asilo de ancianos en el que estaban muchas abuelitas de mi pipol. El lugar común es recorrido entero hasta ser agotado en un asqueroso juego de soy violento pero quiero mucho a mi nana. El Cowboy no ofrece llevarlos al campamento de refugiados donde nacerá la nueva sociedad, es decir en los “suburbs” sino que los deja a cargo de los muertos vivientes junto con el muerto que anda siguiendo el viejo adagio bíblico de “dejad que los muertos entierren a sus muertos”. Así la sociedad hispana no tiene un lugar en suburbia; está confinada a un asilo de ancianos y a defender aisladamente un espacio que ya nadie quiere; mientras los otros, el futuro de Norteamérica, van a fundar otro país en donde los eses se queden a cuidarse entre ellos, alejándose y creando barreras, líneas y fronteras de un país que se mueve para deshacerse de toda la carne y sus deshechos humanos.


¡Viva la familia!

Comentarios

Anónimo dijo…
Pues muy bien, un buen analisis. El custodio es lider pero quedate en tu sitio. Hasta le regala rifles por eso del liderazgo y por eso de cuidar a los viejos (Tremendo descaro con los viejos!!!)

Pero fijate que parte del asunto es la jama.....jama!!!! Los muertos andantes esos lo que quieren es jama y nada mas que jama...jamar. Han quedado reducidos a una busqueda de jama si no eterna por lo menos la fuerza motriz que ahora los impulsa. Son los unicos que no discriminan ni tienen reproche alguno en darla una buena mordida a quien sea; chino de Canton, coreano, prieto, blanco o carmelita. Ellos lo que ven es jama....Yria.....comida.....y no picadillo de soya.....

de la cogida triangular, bueno eso es el asunto del mambie pambie lovie story que a la gente le gusta porquew quizas quisieran hacer los mismo y al fin y al cabo a rey muerto, rey puesto y la guajirita se dijo: tengo que resolver y el otro amigo ya queria resolver de tiempo ha y entonces quedamos templando ahi en el bosque y de perrito....no?

Sigue viendo y comentando. Pero creo que tu Cowboy se esta desmoronando en algo, sigue mirando la serie que hay sorpresas, tremendas sorpresas...y al publico, que te siga leyendo
Mi querido "Anónimo" me alegra de que aparezca una vez más tu comentario. Ese es el asunto de todo proceso evolutivo. Habría que clarificar cuál es resultado de toda esa jama y si después de que a cada ingestión le siga una defecación de marca.

Trataré de seguir para no defraudar a los amiguitos que me hacen el favor de acudir a este sitio pudiendo ir a ver porno y seguir fantaseando bajo otro parámetros.

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