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Sin duda el mundo no es aquello que experimentamos todos los días. Es una representación de un modelo que aún no llegamos a consolidar en nuestro intelecto, por tanto es una entelequia. Suponemos y afirmamos muchas cosas, cosas como las mismas que afirmo yo aquí en este espacio virtual, inexistente con el que pretendo destruir afirmaciones que no me conducen a ningún lugar. El problema real es por qué espero ese movimiento, por qué creo que me conducirán a algún lado, o por qué quiero moverme, para llegar a dónde. Ahora bien, el mundo que contemplo sólo es una clase de mundo al que tengo acceso. Desde mi despacho tengo una ventana a través de la cual veo, cuando estoy aburrido, a la gente que pasa en movimiento deseosa de ir a algún lugar. El movimiento es lo que me interroga ahora. Paso muchas hora sentado frente al monitor de la computadora tratando de dilucidar el movimiento de los subterfugios de mi conciencia y, no conforme con eso, los hago públicos. Cuando menos no soy el autor de holocaustos, asesinatos y robos masificados. Por eso quiero volver sobre las mismas reflexiones que apuntan a la decadencia de la civilización donde sólo somos espectadores de las monstruosidades que pasan todos los días. La cita es del postapocalíptico Jalife-Rahme con quien no puedo estar más que de acuerdo: “El gran mito de la globalización es que no fue una 'globalización' humanista con alcances universales para la mejoría del ser humano y la prosperidad del bien común, sino un vulgar oligopolio financierista primitivo de control mundial por la plutocracia de la banca israelí-anglosajona de Wall Street y la City.” (Jornada, 26/07/2009). La verdad siempre es más, mucho muy vulgar.

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Teoría de la soledad Una de las funciones de estas redes sociales como Facebook y, el mayoritariamente usado por los hispanohablantes, Hi5 es percatarse cuán solo está uno en el mundo. Esta revelación en realidad no es nada nueva, sólo la manera de comprobarlo. Por supuesto gozo de “perfiles” en ambos lados, en los que sólo tengo escasos 10 amigos, de los cuales 5 son prestados, 3 son familiares, una es mi esposa y el otro es mi amigo de la Facultad. ¿Por qué entonces me empeño en tener un lugar en el espacio cibernético? no lo sé… supongo que sólo por estar “in” y que no se me tache de anticuado a mis juveniles 36. A veces estoy más preocupado por lo que puedan pensar de mí (esos 5 amigos prestados) que lo que en realidad quiero hacer (como se dijera por aquí, seguro son  mommy issues ). Así, este contacto internáutico que se manifiesta en un lugar virtual, sólo me ha servido para morirme de envidia por la cantidad de amigos que los demás ostentan cuando entro a revisar sus “perfiles”
De Pavadas Hoy es uno de esos días raros del mundo anglosajón masificado. Llevamos alrededor de 7 años haciendo como que celebramos o nos enteramos de que existe, este día que llaman “Thanksgiving” y que la mejor traducción de todas en español sería Navidad Anticipada. En cualquier caso, la costumbre nos ha llevado a parar a lugares insospechados y a rituales en los que cada persona dice por lo que debe estar agradecida, sin saber si quiera quién es la persona o sus circunstancias. Se supone que es cuando los gringos se reunieron por primera vez con los indios para no morirse de hambre. Desde la perspectiva humanista de esta gente, (he hecho una encuesta con mis alumnos) creen que los que se morían de hambre era los indios y no los pioneros. Después de saciarles el hambre con sus guajolotes, que sólo veían como pájaros salvajes, algo así como ver avestruces, los pioneros decidieron matarlos a todos por su gentileza. Gracias a este gesto de saciar el hambre del hombre blanco –y tal vez
Pater Familias Con la paternidad el mundo y su pedagogía devienen en una suerte de expresiones maniqueas. El mundo se vuelve un lugar de absolutos y de aseveraciones tajantes. Cosas por las que jamás me había preguntado se transforman en material debatible para mostrar la intolerancia y la angustia de ser padre. Las explicaciones que se tienen que dar deben encuadrarse dentro de un esquema de intelección infantil, que no siempre resulta asequible, sobre todo cuando todas ellas estuvieron ausentes dentro de la propia infancia de quien tiene que facilitarlas. Los números de libros que hablan sobre cómo uno debe educar a sus hijos se multiplican, mientras los programas de televisión en donde los niños, que han dejado de serlo para convertirse en monstruos, son domados por una especie de super mamá salvadora, nos recuerdan que la paternidad puede ser algo doloroso. De ese modo, el universo del padre se convierte en un reino de aproximaciones y, la mayoría de las veces, fracasos. Hoy más q