Ir al contenido principal






Quería escribir esto hace tiempo pero no había tenido ni el tiempo ni la disposición para hacerlo. Debo confesar a todos los vientos cibernéticos que traigo cargando una necesidad de reconocimiento que no he podido abandonar desde que mis padres me condenaron a la ignominia y a la miseria por tomar un camino literario (si esto puede existir). Hace un mes ha sido mi cumpleaños y como es natural, como diría Gracilaso, el de la Vega, me puse a contemplar mi estado y mirar la senda por do he venido. En este recorrido, lleno de reconocimiento, esta ignominia y miseria a la que fui sentenciado se han tornado en una realidad, lo que sea que este término evoque. Habría que decir que al hacer un recuento --como me he enterado por el repaso tarológico que me he hecho—he descubierto que sólo el mundo y sus arcanos fueron los que estuvieron en mi contra. Según ellos, tengo una tendencia muy fuerte a autodestruirme, esto dado por las complicaciones que tuvo mi madre a la hora del parto según el libro La vía del Tarot de Jodorowsky. Como siempre la culpa no es mía; es de mis padres, quienes no me amaron desde el primer momento de mi nacimiento y me mandaron a vivir muy lejos de su tutela. Es decir, este fracaso literario en el que estoy inmerso no es mío, en realidad, es la marca de la histeria de mi madre y de la indiferencia de mi padre, que para eso existen, para ser los responsables de todo lo que no he hecho y de este exilio voluntario que me desarraiga. Por fortuna este fracaso en el que me encuentro sumido lo comparto con millones y millones de personas cuyas madres tuvieron complicaciones a la hora de su nacimiento o engendraron hijos no deseados. Con ellas me hermano y les entrego mis más profundas meditaciones.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Del vacío digital A estas alturas hablar de cómo la tecnología ha cambiado la forma en que el ser humano interactúa es ya un lugar común. Tanta información ha acabado por desnudar a todo el género humano --clase mediero e integrado-- por más insignificante y miserable que parezca. Es posible “googlear” a toda la lista de amigos olvidados de la infancia y ver si por ventura gozan de algún lado o espacio cibernético para materializase desde el pasado, ya sea como en uno de estos o en alguno de las llamadas "redes sociales" en donde la mayoría busca sumar amigos, un millón de amigos si es preciso. Según he leído en algún artículo del New York Times (ahora con acciones de nuestro orgullo nacional Carlos Slim), estas redes sociales se comportan como sociedades primitivas en las que a través de signos, señales breves, el mundo se entera de lo que haces en ese preciso momento, de las dificultades que has tenido para comer, respirar o concentrarte. La información resulta ser lo más ...

En la tierra de Op 3 Caps 4 5

¿Adónde te fuiste Romeo, todo herido? En este video Tom Waits nos presenta cómo la maestría se alcanza en cada aullido que deja que las palabras abran la herida de la hombría, la herida con la que Romeo, un “ese” cualquiera, presume y se asume. Con una bala en el pecho, ahora inmolado, se dirige a la representación de su propio espectáculo en la pantalla de un cine ¿cuál es el heroísmo de Romeo? Ser ese , un ese con el que los parlantes de esta lengua maldita, tan degradada por estas landas, nos mimetizamos; al que todos absurdamente aspiramos: todo un "pinche Pancho" que aúlla en las noches para que no le arranquen los huevos, todo un Sansón mitológico al este, siempre lejos, de los ángeles… “Hagan la lucha...”