
Jesus again
Jesus Christ Superstar (1973) fue una de las primera óperas rock de todos los tiempos, ya convertida en un clásico de la filmografía occidental. La primera según recuerdo fue Tommy de The Who, que hiceron película hasta 1975. La imagen que Jesucristo ha aportado al mundo (con esto me refiero al mundo occidental) ha sido determinante para su imaginario cultural. Es una imagen que a pesar de su ficción ha conducido a la humanidad a crímenes atroces y a imposiciones doctrinarias. Jesucristo ha sido la gran estrella de occidente. Basta decir cualquier cosa que empañe la limpidez de su figura para ser tachado de progresista, curruptor o calumniador. La imagen plástica que nos ha dado la religión ha sido uno de los grandes acontecimientos visuales de todos los tiempos. ¿Quién, que no sea humano, no queda medianamente cautivado por la imagen del suplicio de la crucifixión y del rostro bañado en sangre de un ser humano hermoso, físicamente proporcionado, que eleva los ojos al cielo para buscar consuelo? ¿Quién, en su fuero interno, piensa que hace el mal, con la convicción de que lo que hace es el mal? ¿Quién no puede creer que las injusticias serán resultas una vez que se termine el mundo plagado de iniquidades? ¿Quién no persigue su emulasión? Ser dioses ha sido una de los mayores retos que el hombre ha tenido.
Jesucristo es el gran monumento para la justificación de todo cuanto existe. Es guerrero, pusilánime, cobarde, estoico, bueno y divino. Protege, convierte e incluye, pero también destruye a los que no piensan como él, los ataca, desafía al poderoso, busca el cambio para establecer su código moral a través de su inmolación. Nos aporta una nueva ley: el amor. Jesucristo es amor, pudiera rezar cualquier eslogan de cualquier religión protestante y católica. La noción de un amor incluyente ha sido un desafío cultural para quienes han pretendido ver a los demás como seres menesterosos o impedidos intelectualmente. Dios es amor, es la distinción maniquea de quienes piensan que el bien está de su parte y que lo feo, lo sucio y lo apestoso tiene que estar del lado de los malandros. El mundo desde sus orígenes ha tratado de dar, mostrar y espacir un código de conducta que mantenga los niveles de común acuerdo y de concordia, tratando de reprimir el odio, la envidia, y la maldad de la que nos hemos nutrido todos los días. Muchos han sido los textos que ha pretendido desautorizar el imaginario del hombre occidental. Jesucristo está constituido de palabras, mostrado por palabras y concebido a imagen y semejanza de los ideales de belleza de quienes los postula como suyo. Borges mencionó como su personaje histórico favorito a Don Quijote, para mí el personaje de ficción más exquisito ha sido Jesús de Nazareth. La historia que nos narran es la misma, sin embargo, basta ver cómo se transforma y se acomoda de acuerdo a los intereses particulares de las sectas. Se salta de un capítulo a otro del libro sagrado para acomodar y construir al personaje, para hacerlo casi real, tan real que en su nombre se ha matado infinidad de veces.
Comentarios
Abrazos fuertes, te sigo leyendo.
Abrazos muy grandes, te sigo leyendo a pesar del largo silencio.
Un abrazo también muy grande y fuerte.