Enciclopedias No pretendo hacer una apología de algo que se ha convertido en un fetiche: los libros idos y todo lo que sea una marca del tiempo. Sin embargo, las enciclopedias fueron para algunos verdaderas concentraciones de todo el conocimiento. Mi padre fue uno de ellos. Él creía en las enciclopedias. Nosotros nunca tuvimos las enciclopedia Britannica porque sencillamente mis padres no hablaban ninguna otra lengua y mi madre en particular consideraba que hablar inglés era de muy mal gusto: bastaba con ver a todos los gringos sin clase que descendían de la Alta California a la Baja, a la nuestra, para comprobar que hablar inglés era sinónimo de incultura. Si hubiera que hablar una lengua tenía que ser el francés, no por nada su pueblo minero había sido fundado por los franceses, algunos de ellos todavía rondando por el mundo desértico Baja Californio. Al ser médico, mi padre creía en el conocimiento universal, en el conocimiento científico que podía ser local...
Blog dedicado a la reflexión y descripción teórica del mundo cómico-mágico-musical de Raúl Carrillo Arciniega